Subteniente muestra su vocación de servicio ayudando a un habitante de la calle
La Subteniente Jenny Milena Flórez Palomo, es natural de Bogotá, llegó destinada a trabajar en la Estación Valledupar desde el pasado mes de diciembre, donde fue asignada como comandante del CAI San Joaquín, donde esta joven oficial se ha destacado, no solo por sus resultados contundentes en contra de la delincuencia, sino por el trabajo cercano con la comunidad.
La sensibilidad social de esta veinteañera le permite percatarse de la presencia en el sector de la carrera 9, al norte de la ciudad, de un pintoresco personaje, el cual tiene una condición psicológica especial y es conocido como “Cocacolo”, por un gusto que tiene por esta bebida, quien cada que la ve en su patrulla, la saluda con mucho entusiasmo.
La Teniente Jenny le corresponde el saludo a “Cocacolo” y este, pese a la dificultad que tiene para hablar, le comunica que su nombre es José Ovidio, que es natural de Barranquilla, que no tiene familia y que siente mucho cariño por la Policía Nacional, a quienes los identifica como “Mis amigos”, ya que lo han ayudado varias oportunidades.
El estado de abandono de José Ovidio conmueve a la Teniente, pero sabe que por sus problemas psiquiátricos se torna un poco violento cuando lo obligan a realizar algo que no quiere, por tal motivo se gana su confianza y lo convence de los beneficios de un buen baño, que lo peluqueen, afeiten y usar ropa nueva, a lo cual accede, pero con la condición que sean sus amigos que lo hagan.
Los integrantes del CAI San Joaquín gustosos aceptaron, para lo cual compraron ropa y útiles de aseo, posteriormente en la residencia de uno de ellos le ayudaron a José Ovidio a asearse y vestirse, seguidamente le brindaron un delicioso almuerzo.
Actualmente la Teniente Jenny, fiel a los principios que le inculcaron en su casa “Haz el Bien sin mirar a quien”, realiza las gestiones para vincular a José Ovidio a un programa de asistencia gubernamental, procura que sea en su natural Barranquilla donde lo reciban, mientras tanto se ha convertido en su madrina, al estar pendiente de su bienestar y validando que donde quiera que él esté, sus amigos lo seguirán cuidando.