Mujer víctima del conflicto, en Cesar, le apuesta a la ganadería como forma de subsistencia
Familia campesina de El Copey, que vivió desplazamiento forzado, siembra las esperanzas en las tierras que le fueran devueltas a través de un fallo de restitución.
Doris Vega fue restituida hace un año en la parcela 5 La Coyuntura, ubicada en el corregimiento de Caracolicito, municipio de El Copey. Con la restitución material de esta familia no solo se reactivó su recuperación económica, sino que también fue fortalecido su vínculo con el territorio, que los volvió a recibir después de tanto tiempo.
Esta familia campesina que vivió el desplazamiento forzado en la época de la violencia, ahora siembra esperanzas de un mejor futuro a través de un proyecto de ganadería doble propósito, promoviendo con esto el desarrollo rural y productivo de la región.
La Unidad de Restitución de Tierras (URT), adscrita al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, promovió para esta familia restituida un proyecto productivo con componente de seguridad alimentaria, adecuación de cercas internas y externas y adecuación de un pozo profundo con sistema de riego y bombeo.
La URT destinó $29 millones para impulsar este proyecto, que adicionalmente se complementa con el sostenimiento de varias hectáreas de yuca, plátano y piña. Además, Unidad ya hizo entrega de 7 hembras bovinas.
Doris recordó que su calvario en la época de la violencia comenzó en el año 1998, después de verse obligada a vender su predio por causa de los hechos delictivos (masacres, asesinatos y desplazamientos) cometidos por el grupo armado ilegal que operaba en la zona.
“Nuestro desplazamiento se dio porque los paramilitares que operaban en la zona llegaron una madrugada cualquiera y dijeron que las personas que no estábamos dispuestos a colaborarles se tenían que ir de la región, razón por la cual decidimos marcharnos”, precisó Doris, en medio de sollozos.
Asimismo, la mujer indicó que vivió adversidades que le ocasionaron trasladarse hasta otros departamentos, donde se refugió en busca de nuevas oportunidades. “Mi familia se dispersó en ese lapso de tiempo, pero hoy gracias a Dios y a la Unidad podemos estar juntos en las tierras que dejamos abandonadas por causa de la violencia”, señaló.