Las ‘Mil navidades’ llenas de alegrías y melodías
Por Juan Rincón Vanegas
@juanrinconv
Cuando la navidad se acerca en el calendario enseguida aparece el compositor Rosendo Romero Ospino, conocido como ‘El poeta de Villanueva’, quien calcó en su alma esta época linda del año con su carga de recuerdos, alegrías y melodías reflejándose el triunfo del sentimiento, la esperanza en la vida y la fe más profunda.
Es así como la canción de su autoría ‘Mil navidades’ grabada en el año 2012 por el cantante Martín Elías Díaz, ‘El gran Martín Elías’ al lado del acordeonero José Fernando ‘Morre’ Romero, comienza con un interrogante: “Sí me preguntan de las fiestas cuál me gusta, siempre respondo las navidades. Es muy difícil encontrar alguien que nunca tuvo un aguinaldo inolvidable”.
Esa canción se sumó a la inicial ‘Mensaje de navidad’ que la grabara hace 45 años Diomedes Díaz, donde acumuló todos los sentimientos de su niñez en su querida Villanueva, La Guajira. “Unos dicen que buena las navidades, es la época más linda de los años, pero hay otros que no quieren acordarse, de la fiesta de Año Nuevo y aguinaldo”.
En esta ocasión no pudo evitar que las lágrimas se asomaran en sus ojos y pusieran en primera fila sus nostalgias. Eran lágrimas que dignificaron sus recuerdos y enderezaron el camino de su alma, logrando que se despidieran con la brisa de la mañana.
Regresando al inicio del diálogo el maestro Rosendo Romero, contó. “Me puse a pensar en la fiesta que más me gustaba y concluí que eran las navidades, naciendo esa canción. A propósito, el titulo de ‘Mil navidades’ se lo puso mi sobrino José Fernando ‘El Morre’ Romero, quien también me pidió el favor de dejársela grabar al joven Martín Elías, el hijo de Diomedes Díaz”.
Enseguida frenó y pidió dos tintos para matizar la charla en la sala de su casa en el barrio El cerrito de Valledupar. “A la canción le añadí los aguinaldos porque en su momento cada uno recuerda el suyo, y el ayer nos arropa sin remedio. Ese momento tiene diversas facetas”.
De entrevistado pasó a preguntar sobre el más bello aguinaldo que recuerda el periodista. No se pudo sacar excusas. “Todo sucedió cuando mi madre Evelia María Vanegas, una cosedora de colchas de retazos, me regaló un balón, y días después me enteré que para comprarlo había empeñado su plancha”. El amor de madre es infinito.
Después del recreo en el diálogo, continuó. “En la canción hago énfasis en el tiempo que se pasa ligero, y el que ahora es niño se vuelve viejo. Además, lo vivido es como un sueño y digo que me haría un arbolito lleno de estrellas, para que los niños canten conmigo la noche buena”.

Sin pausa siguió narrando la historia de la mencionada obra. “Al principio no quería que la grabara Martín Elías, porque decía que ese pelaito cómo iba a cantar una canción mía. Entonces, me dijeron que el acordeón lo iba a tocar mi sobrino José Fernando ‘El Morre’ Romero. Así fue como lo trajeron a mi casa y el pelaito me convenció con su canto, pulcritud, humildad sorprendente y mucho talento”.
No contento con lo anterior estuvo presente en la grabación y se convenció que ese era el artista que llenaba los requisitos e iba a sacar adelante la canción que hoy es una de sus favoritas. “Tuve vergüenza porque no quería que la grabara y después me sentí orgulloso de aportar algo a su proyecto musical. Martín Elías, era un verdadero talento de la música vallenata”.
Después cuando la canción ‘Mil navidades’ tomó vuelo se volvieron a encontrar y el maestro Rosendo Romero, pudo darse cuenta de la proeza del canto de aquel joven que era la esperanza del folclor. El mismo que brilló a través de su talento y en su voz se sigue escuchando. “Luces del alma, brillan en mí, ay mi corazón hoy me impulsa a cantar mil bendiciones, y mucho amor deseo a todos, en esta navidad”.
El compositor se siente satisfecho de haber contribuido con cuatro cantos al último mes del año, donde la navidad y el año nuevo, son la columna vertebral de esta fiesta. “La inspiración la encontré buscando direccionar algo que se identificara más con esta fiesta y logré logré el objetivo. Me siento feliz y me emociono cuando escucho estas canciones que nunca pasan de moda”.
El aguinaldo
Cuando la charla se iba agotando recordó aquel aguinaldo inolvidable que recibió de su amada madre Ana Antonia ‘La Nuñe’ Ospino,

consistente en una franela, una bolita de inflar y un pitico de lata. En ese instante aparecieron nuevamente las lágrimas abonando la nostalgia que no ha tenido tiempo de dormirse en su pensamiento. Ese es su mayor tesoro porque una canción sigue flotando en el ambiente y las gracias no esperan para darlas al ‘Cantor de las navidades’. Maestro Rosendo, siga soñando porque en el pesebre de su corazón, Jesús también nace cada diciembre.
Se quedó en su hogar al lado de los suyos reflexionando, sobre todo, especialmente cuando en su niñez llegaron muchas navidades y no hubo aguinaldos. En su inocencia pensaba que los reyes magos habían tomado otra ruta diferente a su amada tierra, Villanueva, pero el amor nunca faltó en esa numerosa familia, donde la música vallenata siempre ha estado presente entregando mensajes llenos de cariño con el alma de los pueblos, para que se olviden de los recuerdos y se llenen de parabienes. La navidad vuelve a resucitar con su mensaje de amor y renovación para todos.

