VALLENATOS INDIFERENTES ANTE LA VIOLENCIA

Remitiéndonos al hecho de que en días pasados se convocó a un Plantón para rechazar la violencia en contra de la Fuerza Pública y en contra de la Delincuencia común, citando al pueblo vallenato en la plaza Alfonso López el pasado 31 de Enero y cuyo día no hubo el aforo de personas esperado, no sé si tal vez porque coincidió en que ese día se reducía la movilidad por el día “sin moto” o tal vez, lo que es peor pensar, que haya sido por la indiferencia total de nosotros como civiles hacia las autoridades que perdieron la vida en esos trágicos hechos los días 27 y 28 de Enero en la ciudad de Barranquilla y también hacia sus familiares, lo califico como insensato el hecho de que no se hayan presentado ni siquiera el 10% de las personas convocadas.

Si no somos capaces de defender el derecho a la vida, de protestar y unirnos como pueblo en contra de la violencia, indistintamente del uniforme que llevan las víctimas, entonces seremos una sociedad, la cual acepte todo tipo de actuaciones negativas de manos criminales y lo peor, en cualquier momento, en contra de nosotros, los civiles, porque preferimos callar cuando se trata de agresión en contra de Héroes que perdieron su vida en una mañana, cuando se preparaban para salir a poner el orden a la ciudad y si, tal vez, ellos en algunos momentos no actúen como esperamos, pienso que en todas las instituciones hay personas buenas y otras no tanto, es cierto que la policía nacional a veces hace uso excesivo de su fuerza, como esos videos que andan circulando en las redes sociales, fuerza que unas veces será justificada, al tratar de controlar al rebelde que no respeta la autoridad o algunas otras no tanto, como cuando desalojan a la fuerza a vendedores ambulantes, pero supongo yo, que eso es en cumplimiento de sus funciones de orden en las calles, en caso tal, para juzgar estas actuaciones están los organismos judiciales pertinentes; mas no el ciudadano; pero también alcance a ver un video en el que un policía le salva la vida a un hombre que pretendía en medio de su tristeza, tirarse de un puente y no solo esto, lo consuela al verlo desesperanzado. Pero aquí lo inaceptable es que aceptemos esta masacre porque simplemente pensemos que lo merecían; Sencillamente nadie, indistintamente, de su labor, de sus pecados, de sus omisiones, de su raza o cualquier otro calificativo, merece morir a manos de la crueldad, Recordemos quien es el único dueño de la vida… y recordando el sentido religioso, por ejemplo, en algunas de las numerosas religiones existentes, vemos que la inmensa mayoría de ellas guardan como principio doctrinal el «no matarás». Además, en la base de ciertas doctrinas ético-filosóficas (socratismo, estoicismo, hipocratismo) reclaman, recomiendan o exigen proteger, preservar, salvaguardar o, incluso, prolongar la vida como la fuente de valor principal de la humanidad.

El llamado es a que por favor, no seamos indiferentes, no seamos indolentes al aceptar la desgracia del otro, como un acto vengativo o de juzgamiento. Es difícil superar el ego humano, pero solo cuando logremos ser completamente conscientes de las posibilidades de transformar la realidad, de nuestra conciencia de que podemos hacer las cosas de otra manera y aceptemos que todos somos pecadores, entonces entenderemos que nadie está en el derecho de atentar contra el derecho a la vida e integridad de sus semejantes. O es que caso, y casi sin darnos cuentas ¿Estamos optando por vivir en el País del miedo? Recordemos que un sistema que maneja a sus ciudadanos bajo el miedo, la persecución, la inacción, etc., es casi imposible que se materialicen las capacidades humanas para la creación y la alternatividad.

Por último y como reflexión, más allá de haber hecho ante una convocatoria en vano y sin la participación de personas esperadas, aquí lo realmente importante es que entendamos como sociedad, que el cambio solo se da cuando el pueblo se manifiesta ante actuaciones indebidas y cuando aprendemos a respetarnos el uno al otro, a pesar de nuestras diferencias.

Por: Sara Tejedor Fuente