Las mujeres víctimas, ejemplo de superación, reconciliación y construcción de paz

Han sufrido toda clase de daños por el conflicto armado –el 49.7% de los cerca de ocho millones de víctimas registradas–, pero su resiliencia y su capacidad para superar dificultades, transformar vidas, reconciliarse y construir un mejor futuro, las han convertido en protagonistas de los procesos de reparación integral que lidera la Unidad para las Víctimas.

 

Todas son dignas de admiración: aquella que visitando cárceles en medio de una labor social se encontró con un hombre de un grupo armado que la había violado de una manera brutal y simplemente lo abrazó y le dijo “te perdono”, provocando un incontrolable llanto en el victimario. La otra que se desplazó dos o tres veces con sus hijos porque la persecución de actores armados no cesaba y siempre halló, como cabeza de familia, una forma de subsistir. Una más que decidió acudir a la estrategia psicosocial de la Unidad para las Víctimas para, por fin, hablar con otras mujeres, que vivieron situaciones similares de abuso sexual constante de integrantes de grupos ilegales y así romper la prisión psicológica en la que andaba.

Son innumerables las circunstancias que han afrontado con sorprendente resiliencia las 4.3 millones de mujeres registradas como víctimas, y vale más destacar que son fuertes, amorosas, creativas, berracas y empecinadas en construir un mejor país, sin importar su edad, raza, creencias y condiciones de vida en general.

Los tres hechos victimizantes por los cuales la mayoría de ellas ha recibido recursos de indemnización son homicidio (41.4%), desplazamiento forzado (36.8%) y desaparición forzada (8.8%), hechos producidos como una manera de castigar a las mujeres en su rol de madres, esposas y cuidadoras y de obligarlas a asumir nuevos roles, lo cual implica en muchas ocasiones una doble victimización.

De las más de 782.000 indemnizaciones administrativas entregadas a las víctimas, entre el 2012 y el 2017, las mujeres han recibido 432.032 (55% del total) por un valor cercano a los $3 billones de pesos.

Además, a 52.982 niñas y adolescentes víctimas del conflicto armado, se les han constituido encargos fiduciarios por un valor total de $212.000 millones para proteger su futuro, recursos que pueden utilizar una vez alcancen la mayoría de edad. El principal hecho victimizante por el que se las ha indemnizado es el desplazamiento forzado (80.4% de los casos).

Las mujeres conforman el 63% de quienes participan en talleres de asesoramiento para invertir el dinero. 106.576 han asistido a jornadas de formación en educación financiera  y 17.875 a las ferias de servicios en las que escuchan la oferta de diversas entidades estatales y privadas.

Del total de participantes en las estrategias de recuperación emocional, orientadas a mitigar el dolor sufrido con ocasión del conflicto, el 74% corresponde a mujeres –102.172 han participado en las estrategias grupales y 10.745, en las individuales–.

Así mismo, las mujeres han demostrado su interés en potenciar su participación en escenarios de decisión a nivel local, es así que 206 mujeres hacen parte de los Comités de Impulso que se conforman en cada comunidad beneficiada con procesos de reparación integral colectiva.

En ese sentido, la mitad de los miembros de las Mesas de Participación de Víctimas, municipales, distritales, departamentales y nacional, son mujeres, según lo establece la ley.

A su vez, varios colectivos de mujeres líderes, que existían desde antes de que llegara el conflicto armado a sus regiones y que fueron afectados por el mismo, han sido reconocidos en el RUV.  Actualmente, hay nueve sujetos de reparación colectiva integrados por mujeres.

Recientemente, en un acto conjunto con el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), la directora nacional de la Unidad para las Víctimas, Yolanda Pinto Afanador, recordó que a través del Fondo Emprender del SENA, el gobierno del presidente Juan Manuel Santos ha hecho dos convocatorias para apoyar con $4.700 millones a proyectos de emprendimiento, con los que se han impulsado 69 proyectos de víctimas del conflicto, de los cuales 29 son de mujeres.

Así mismo, la directora destacó que desde el 2015 estas mismas dos entidades han generado oportunidades laborales para 160.000 víctimas (58% de todas las solicitudes presentadas al SENA), de las cuales 90.000 fueron para mujeres.

En fin, son muchas las mujeres que han soportado desplazamientos, desapariciones forzadas o asesinatos de esposos, hijos, hijas, violencia sexual, y han perdonado o creen que algún día lo harán, que contra todo pronóstico han sacado adelante proyectos productivos que les permiten vivir mejor, incluso en condiciones especiales generadas por la explosión de minas antipersonales.

De esta forma, las mujeres se han convertido en ejemplos de reconciliación, de perdón, de vida y de construcción de paz en el país.