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Cuerpos recuperados en La Jagua del Pilar, en La Guajira, alimentan la ilusión de tres familias buscadoras del pueblo Wiwa

En una intervención realizada por la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) en el cementerio de La Jagua del Pilar, en el sur del departamento de La Guajira, se logró la recuperación de tres cuerpos que habían sido inhumados como personas no identificadas en este camposanto. Esta acción humanitaria les da esperanzas a tres familias de reencontrarse con sus seres queridos, quienes desaparecieron en el marco del conflicto armado.
El conflicto armado representó una forma de despojo para los pueblos indígenas: les arrebató la tierra, la espiritualidad, la armonía, la cultura y la capacidad de seguir siendo una comunidad.
Imagen: Comunicaciones UBPD

En una intervención realizada por la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) en el cementerio de La Jagua del Pilar, en el sur del departamento de La Guajira, se logró la recuperación de tres cuerpos que habían sido inhumados como personas no identificadas en este camposanto. Esta acción humanitaria les da esperanzas a tres familias de reencontrarse con sus seres queridos, quienes desaparecieron en el marco del conflicto armado.

Algunos familiares que acompañaron esta primera acción humanitaria manifestaron estar ilusionados con el trabajo que adelanta la UBPD en el territorio, pues una vez el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses confirme la identidad de los cuerpos recuperados, esperan aliviar el dolor que cargan desde 2006, cuando el conflicto armado se llevó a sus seres queridos. Entre los casos está el de un campesino del pueblo Wiwa que, como todos los días, salió muy temprano de casa a realizar sus labores en una parcela ubicada en la zona rural del municipio. Sin embargo, desde agosto de ese año no aparece.

Para esta comunidad indígena del pueblo Wiwa, no saber el paradero de su ser querido se convirtió en un sufrimiento colectivo, por lo que se sumó al proceso de búsqueda. En su cosmovisión, el territorio no es solo tierra: es un ser vivo, es la madre, el origen y el espacio sagrado donde habita la memoria de sus ancestros y se teje la vida. «Cuando el conflicto irrumpió estos territorios dejando muertos, desaparecidos, fosas y mucho temor no solo rompió el tejido social, sino el equilibrio espiritual del pueblo”, manifestó un miembro de la comunidad.

Para este pueblo indígena, inhumar cuerpos sin despedida interrumpe el diálogo entre los vivos y los espíritus. Por eso, la búsqueda, la exhumación y el duelo se convierten también en actos de sanación del territorio y del alma colectiva.

Foto: Comunicaciones UBPD

«Como resultado de esta acción humanitaria, se logró la recuperación de tres cuerpos con identidad orientada. Los mismos fueron enviados al Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses para que, luego de un proceso de verificación y confirmación de las identidades, se pueda programar con las familias las entregas dignas o culturalmente pertinentes», manifestó Gisela Cañas, investigadora humanitaria de la Unidad de Búsqueda.

 

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