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Entre cantos, tamboras y cocina tradicional: San Bernardo, un corregimiento en el Cesar que preserva la vida comunitaria

La Unidad para las Víctimas ha invertido $4.830 millones en el Plan Integral de Reparación Colectiva (PIRC) del sujeto de reparación colectiva afrocolombiano “Pato Yuyo” del corregimiento de San Bernardo, aportando al fortalecimiento de su identidad, organización y territorio.

En su vaivén, las aguas de la imponente ciénaga de Sahaya, en el Cesar, guardan las historias y memorias del territorio. Así como estas aguas, también fluye ahora un aire de esperanza para la comunidad afrocolombiana del corregimiento de San Bernardo, ubicado en el municipio de Pelaya.

Después de diez años de espera, de resistir y mantener vivas sus raíces culturales como quienes atizan el fogón donde se cocina la tradición, el sujeto de reparación colectiva afrocolombiano “Pato Yuyo”, logró la protocolización de su Plan Integral de Reparación Colectiva (PIRC), de la mano de la Unidad para las Víctimas.

Este proceso, que también fue acompañado por el Ministerio del Interior y la Alcaldía Municipal de Pelaya, consolida una inversión de $4.830 millones, que fueron destinados a fortalecer la identidad, la organización y la relación profunda de la comunidad con su territorio.

“Este no es el punto final, es el inicio de la implementación de las acciones que van a conllevar a la reparación integral de esta comunidad negra y afrocolombiana. Se van a conjugar 17 acciones concretas en esos atributos que fueron afectados por la violencia, les cumplimos y les vamos a seguir cumpliendo”, afirmó Gustavo Benjumea Daza, director territorial de la Unidad para las Víctimas en Cesar y La Guajira.

Durante la jornada realizada en el punto de encuentro comunitario, la armonización cultural estuvo cargada de sonidos propios, ritmos que convocan a la unidad, la memoria y la fuerza espiritual de sus ancestros. Cada tambor resonó como recordatorio de que la reparación integral también es un acto de dignidad y continuidad cultural.

“Sentimos una gran alegría, de una u otra forma tratar de recuperar un poco por las afectaciones que tuvimos en el marco de ese conflicto y mirar que nuestras nuevas generaciones puedan gozar del beneficio que trae este proceso, que mejorará la calidad de vida de muchas personas en nuestra comunidad”, expresó Asdrúbal Luna Jiménez, líder de la comunidad afrocolombiana de San Bernardo.

Esta comunidad, con resiliencia y optimismo, ha prevalecido y mantenido la vida comunitaria entre cantos, tamboras y cocina tradicional. Por ello, en la construcción de su PIRC fueron enfáticos en su anhelo de preservar lo que dejarán a las generaciones futuras: su música, cultura y costumbres.

Con la protocolización de este Plan Integral de Reparación Colectiva, la Unidad para las Víctimas reafirma su compromiso de avanzar en los procesos de reparación de las víctimas étnicas del Cesar. Este avance marca un nuevo capítulo para el corregimiento de San Bernardo, que protege sus raíces mientras avanza en la reparación de su comunidad.

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