Más del 50% de las víctimas en Colombia son campesinas: foro convocado por la Unidad para las Víctimas planteó acciones para el reconocimiento y reparación de esta población
La entidad inició la conmemoración del Día del Campesinado con un foro que reunió a campesinos, académicos, y víctimas, quienes dialogaron sobre la reforma rural integral, el fortalecimiento de la participación efectiva y la superación de patrones de violencia estructurales.
La Unidad para las Víctimas convocó a organizaciones campesinas, académicos, representantes de entidades y víctimas del conflicto armado, quienes se reunieron en un foro realizado en el marco de la primera conmemoración del Día Nacional del Campesinado, luego de que se reconoció oficialmente, a esta población como sujeto de derechos y especial protección constitucional.
Durante el foro, nombrado “Abriendo caminos: sembrando dimensiones para el registro del campesinado víctima del conflicto armado” y realizado en la Universidad Santo Tomás, se apreció una galería de memoria campesina y dos mesas de diálogo: una sobre los patrones de victimización contra esta población y otra sobre los factores que explican su persistencia.

En los espacios de análisis y debate se escucharon propuestas concretas para el fortalecimiento de políticas públicas, espacio que contó con el acompañamiento de la subdirectora general de la Unidad para las Víctimas, Lyda Camacho, como vocera institucional.
“Más del 50% de las personas registradas como víctimas del conflicto armado en Colombia son campesinas”, afirmó la subdirectora general, quien agregó que la dignificación y reconocimiento del campesinado “deben ser una prioridad para toda la nación colombiana. Solo así podremos cumplir la deuda histórica que tenemos con esta población y garantizar un futuro en el que la tierra, la justicia social y la paz sean derechos tangibles para todos y todas”.
Además, se realizó una mesa sobre patrones de victimización, en la que se enfatizó en que los daños sufridos por el campesinado han estado marcados por el despojo de tierras, el desplazamiento forzado, la marginalidad política y la exclusión institucional. En este espacio, se planteó la necesidad urgente de avanzar en la implementación de la reforma rural integral, ampliar los mecanismos de participación más allá de las mesas actuales, y articular a entidades como el Ministerio de Agricultura, la Agencia Nacional de Tierras y la Unidad de Restitución.

También se resaltó que la reparación integral del campesinado debe contemplar tanto a quienes siguen habitando zonas rurales como a quienes, por razones estructurales, han sido empujados a la urbanización forzada en contextos de pobreza y precariedad.
Por otro lado, la mesa sobre factores de persistencia advirtió que muchas de las causas históricas de victimización siguen vigentes: conflictos por la tierra, acumulación de propiedad, conflictos armados internos, falta de representación política, exclusión educativa y desplazamientos económicos y sociales. La reflexión giró en torno a que el campesinado debe ser reconocido desde su propia voz y cosmovisión, y que es indispensable construir políticas diferenciales desde el diálogo directo con sus comunidades.
“El campesinado colombiano ha sido actor fundamental en la construcción de la paz”, aseguró Camacho en su intervención de cierre, en la que añadió que estos espacios permiten no solo escuchar las demandas históricas, sino “reflexionar sobre los patrones de violencia que aún perviven, y reafirmar que la reparación integral no puede darse sin una participación activa, no instrumental, y profundamente transformadora”.