Entre el Extremismo e Intervencionismo
José Luis Blanco Calderón
Esp. Derechos Humanos & D.I.H
Master en Derecho
Convulsionadas noticias llegan de Oriente Medio, tras el anuncio oficial del retiro de las tropas americanas de territorio Afgano, así las cosas parece el inicio de un nuevo capítulo de incertidumbre al del hace 20 años ; y que está Columna pretenderá retroalimentar la memoria histórica de un país condenado a la inestabilidad.
Como resultados de los atentados del 11 de septiembre de Al-Qaeda contra los Estados Unidos, se promueve una política exterior de lucha contra el terrorismo lo cual pone en la lupa a un de grupo revolucionario, ortodoxo, medieval, extremista y no se que mas apelativos puede darse de Taliban culpado por encubrir y proteger al líder de al-Qaeda Osama bin Laden acusado de coordinar dichos atentados.
Los talibanes cuyo significado refiere estudiantes, surge. Cómo resultado de un proceso de transición en 1989 cuando las tropas de la Unión Soviética se retiran de ese país, tras 10 años de guerra civil. Hoy son protagonistas de una fase o una mutación de un conflicto social producto de factores similares al de países latinoamericanos como la corrupción, subversión, la dependencia económica de potencias mundiales entre otros y que seguramente no vale la pena enmarcar ahora. Quizá en otra Columna.
Pero cuál es el panorama hoy, El Presidente Joe Biden es el quinto presidente en afrontar esa política exterior de luchas contra el terrorismo, hoy finalmente y tras los acuerdos Doha de 2018, pone un punto final a dicha intervención militar en Afganistán la cual lleva 20 años sin arrojar los objetivos trazados más allá que la muerte de Osama Bin Laden y un gasto público de los americanos por miles de millones de dólares; En su discurso de retirada, Biden y en reiterados discursos de la Casa Blanca manifiestan que el gobierno Afgano estaba siendo reestructurado y fortalecido tras dicha intervención, lo cierto es que los talibanes desde la subversión y el apoyo de Pakistán, Arabia Saudita entre otros lograron mantener su nivel de lucha para llegar al poder, en tan solo una semana conquistaron 12 ciudades, hasta llegar a Kabul su capital, lo cual desmiente evidentemente el discurso Biden.
Que le espera a Afganistán?
Tras la tempestad se supone viene la calma, aunque para ciertos grupos poblaciones está realidad política supone un factor de riesgo por fuertes violaciones a los Derechos Humanos ya documentadas, contra las mujeres, niños , y personas de ideología diferente al Islam Sunita de los Talibanes.
Durante los últimos hechos asociados a la actividad militar y control territorial liderada de los Talibanes en Afganistán se prohibieron el cine, autorizaron barbas para hombre, rostro totalmente cubierto para las mujeres, mutilaciones, además atentaron contra la vida de objetivos específicos periodistas, jueces, mujeres en posición de poder. Etc.
Será entonces que las imágenes que nos llega de Afganistán de miles de personas huyendo o más bien intentando huir sobre los aviones en los aeropuertos, obedece a una dinámica de caos e imaginario colectivo asociado al control territorial extremista impulsado por este grupo insurgente que hoy se toma el poder de un país devastado institucionalmente, el cual no pretende luchar por su estabilidad y democratización, tal y como lo reflexiona Biden en un sobrio y tenue discurso de retirada.