Qué hace un médico hoy? Qué hace un congresista hoy?

Por: Milagros Patrón Noriega 
Los tiempos del coronavirus nos ha llevado a interesantes reflexiones.  Una de ellas es que hemos podido diferenciar lo urgente, de lo importante y lo importante, de lo esencial.  Me quiero referir específicamente a aquellos profesionales que pasan inadvertidos, cuyo trabajo muchas veces es invisible a la luz del mundo.  A aquellos que luchan a diario sin recursos, sin equipos adecuados, sin protección, sin condiciones laborales justas e incluso en algunos casos, sin remuneración. Todo esto sin contar con las inapropiadas condiciones del sistema de salud del país: clínicas, hospitales y demás sitios de atención, que en lugar de ser sanos ambientes de trabajo, se convierten muchas veces en escenarios de sacrificio humano, no solo para los pacientes, si no para ellos mismos: los profesionales de la salud.
Y entonces nos preguntamos: qué hace un médico hoy? ellos están al frente de la batalla, están poniendo el pecho y arriesgando su propia vida para salvar la de otros. Están asesorando a los gobiernos en cómo afrontar esta pandemia, están en los laboratorios investigando sobre este virus para conocerlo a fondo y buscar la manera de combatirlo, están en los centros de salud trabajando largas y agotadoras jornadas, están incluso siendo discriminados por personas que en pleno tiempo de crisis, no respetan los derechos humanos.  Estas personas que invirtieron mucho tiempo de sus vidas en espacios académicos, estudiando más intensamente que cualquier otro profesional, que invirtieron importantes recursos económicos de los cuales quizás carecían, trabajan hoy sin ninguna garantía y sin el mínimo reconocimiento de su dignidad personal y profesional.
Ahora preguntémonos: qué hace un congresista hoy? en dónde están los congresistas hoy? brillan por su ausencia, pero a cambio reciben los salarios más altos que puede recibir cualquier profesional que trabaja de sol a sol, financiados además por el bolsillo de cada colombiano.  Estos distinguidos personajes que trabajan con todas las comodidades, garantías y  privilegios, y que son quienes teóricamente tienen la responsabilidad de representar al pueblo en la toma de decisiones, en la realidad y en su mayoría, poseen conductas cuestionables, juicios sesgados y en sus providencias solo favorecen intereses particulares.
Es imperante cambiar el orden de las cosas.  Los profesionales de la salud merecen mucho más que un aplauso, merecen un trato digno: mejores condiciones laborales, remuneración justa, equidad y respeto. Nuestro sistema de salud, servicio esencial, demanda una atención importante y urgente.  Nuestros mandatarios precisan tener criterios claros y objetivos, líneas de actuación transparentes y decisiones efectivas.  Y cada uno de nosotros, ser consientes de que el cambio está en nuestras manos: está dentro de nosotros mismos.

Esperemos que las lecciones que hoy nos deja este difícil momento, permitan poner en contexto el correcto orden las prioridades de la humanidad, y que no solo podamos reencontrarnos, sino que algún día podamos darnos un aplauso a nosotros mismos.