Por amor, más jaulas abiertas
La familia Avendaño viajó desde el municipio Aracataca, Magdalena, al Centro de Atención y Valoración de Fauna y Flora Silvestre – CAVFFS de Corpocesar, para hacer entrega de dos ardillas (Sciurus granatensis) que tenían como mascota desde hace año y medio en el patio de su hogar.
«Las entrego en contra de mi voluntad, no quería traerlas, una la tenía desde pequeña porque cayó de un árbol y la otra me la regalaron, pero me di cuenta que tenerlas en una jaula no era vida para ellas, lo pensé mucho, llevaba un mes tomando la decisión, no he parado de llorar, es muy duro, y la verdad que uno se encariña», manifestó Johanna Avendaño.
Las ardillas se encuentran en buen estado, las alimentaban con mazorca, semillas de ají, corozo, mamón, ciruelas, pistachos, papa fritas, tajadas y mango.
«Frecuentemente las dietas no son las adecuadas y no hay control veterinario de ningún tipo. Es común que las condiciones en las cuales mantienen a los animales no sean las óptimas, el dueño por lo general no conoce todos los requerimientos biológicos del animal y solo se ocupan de lavar el lugar donde está cautivo y de darle comida», explicó el médico veterinario de la Red de Fauna y Flora Silvestre de Corpocesar, Gerardo González.
El tráfico ilegal de especies y la tenencia de animales silvestres como mascotas es un flagelo recurrente en el departamento y el país. Un animal que ha sido mascota cautiva durante mucho tiempo carece de las destrezas para sobrevivir en su entorno natural.
Así mismo, la familia Avendaño realizó una visita al Centro de Fauna con el fin de conocer acerca de los proyectos que actualmente adelanta la Red de fauna de Corpocesar para atender la recuperación de los animales que son incautados del tráfico y las ventas ilegales.
La Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, una vez más reitera a la comunidad que los animales silvestres no son mascotas y cuidar de los animales es cuidar de la naturaleza.