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A La Junta le duele lo que están haciendo con la escultura de Diomedes Díaz

Por Juan Rincón Vanegas
@juanrinconv

Todos los días en La Junta, parecen de fiesta por la romería de visitantes queriendo esculcar en el interior de ese pueblo guajiro sobre la vida y obra musical de Diomedes Díaz Maestre, y en verdad que lo encuentran.

Por todos lados están las historias vivas que muchos quieren contar para darle la mayor importancia al inolvidable ‘Cacique de La Junta’.

En esta ocasión se le agrega un nuevo ingrediente a los Junteros, y es el rechazo a los actos obscenos de algunas personas en la escultura de Diomedes Díaz, ubicada por el alcalde de Valledupar, Augusto Daniel Ramírez Uhía, en la glorieta de Los Juglares desde el 26 de mayo de 2017, cuyos constructores son Jhon Peñaloza y Misael Martínez, la cual tuvo un costo de 40 millones de pesos.

Precisamente desde La Junta, la vocería la tomó la hija mayor de Diomedes, Rosa Elvira Díaz, quien sentó su voz de protesta.

“Mi papá todo la vida se esmeró por hacer un buen trabajo y dejar un bonito legado. Respetemos su memoria por favor”.

De igual manera recalcó sobre que los hechos que han venido sucediendo no pertenecen a los fanáticos de Diomedes. “Son unos desadaptados y las autoridades deben actuar con rigor para que se cumpla el objetivo de honrar la memoria de mi papá. Gracias a las miles de personas que le han dado el mayor valor al monumento”.

El primer amor de ‘El Cacique’…

Bertha Rosario Mejía Acosta, la mujer que estrenó el amor con Diomedes Díaz, la mamá de Rosa Elvira, sigue contando su historia que a los turistas les encanta.

Cuando todos estaban atentos a sus palabras comenzó diciendo. “Había asistido a la caseta de Rosario Maestre, acá en La Junta, con motivo de los carnavales. Estando sentada y sin darme cuenta Diomedes se me acercó y me estampó un beso en la espalda. Yo tenía puesta una blusa de canastica. Le reclamé, y me dijo que le había provocado porque yo le gustaba”. Así comenzó esa historia que siguió en medio de coqueteos hasta llegar a estar enamorados y emparejarse hasta llegar a nacer la primera hija de ambos.

Ahora ella conceptúa sobre lo que se viene presentando con la escultura que se le hizo a su primer amor.

“Los vallenatos quisieron mucho a Diomedes Díaz, y deben seguir así, cuidando la escultura y no permitir que hagan cosas indebidas en ese lugar. Pienso que deben encerrarla para evitar tanto irrespeto a su memoria”.

“Que la traigan para La Junta”

En esa línea también se manifestó Juan Pablo Araújo, quien mostró su disgusto con todo lo que se viene presentando en Valledupar y fue enfático. “Están haciendo es disparates con esa estatua de nuestro querido ‘Cacique de La Junta’. Que respeten porque de lo contrario que nos las traigan para acá, para que vean que si le damos el valor que merece”.

Entonces hizo un recorrido con su vista de la gente llegando al pueblo a conocer de cerca de la vida del hijo de Rafael Díaz y Elvira Maestre, quien se ganaba la vida de la manera más humilde sin pensar que sería el ídolo del vallenato.

Depredadores de la moral

Por su parte Leandro Sierra Acosta, el eterno médico del pueblo, personaje que jugó un papel importante en la vida de Diomedes Díaz, no entiende ese irrespeto a su memoria.

“No se puede ultrajar de esa manera la memoria de Diomedes Díaz, a quien seguimos queriendo por todo lo que significa para este querido pueblo y la música vallenata. Esos no son fanáticos, son es depredadores de la moral y las buenas costumbres”, dijo el célebre médico.

Él, también saca un espacio en medio de la tristeza por el reciente fallecimiento de su esposa para narrar que conoció a Diomedes cuando tenía 10 años de edad.

“Desde siempre fuimos muy amigos, incluso decía que era su segundo papá. Desde muy niño fue trabajador y muy apegado a sus padres que lo levantaron con mucho esfuerzo. Diomedes, ya venía con lo de querer ser cantante, y mucho que le costó para demostrar su talento. Comenzó como compositor y después, ya como cantante. Puedo decir que ese amor por el folclor vallenato se lo inculcó su tío Martín Maestre”.

Con ‘El medico del pueblo’, Diomedes Díaz, tuvo la más grande gratitud que le regaló 17 saludos en distintas producciones musicales.

La vista a su casa es obligada porque entre la gran cantidad de recuerdos está la vez que junto con Diomedes fue declarado en la institución educativa Mugues Manuel Lacouture, como Bachiller Honoris Causa. “Ese día fue glorioso al recibir el diploma al lado de Diomedes Díaz, el gran cantor de La Junta. Era amigo de esos que ya no vienen”. Entonces muestra las fotos de ese gran acontecimiento.

Diomedes por siempre

En el libro quedó registrada la visita número 5.515 que dio lugar a una nueva crónica desde La Junta, donde todo lo que gire alrededor de Diomedes Díaz, es la mejor aventura del folclor.

Allá en la Casa Galería Rosa Elvira Díaz, la mayor de esta familia tan bonita, se encuentran una variedad de recuerdos unidos a sus canciones que se escuchan sin cesar.

“Este entorno es grato y donde el turista viene con respeto a conocer de cerca sobre la vida de mi papá. Acá los atendemos bien y les contamos pormenores, especialmente de su familia y todo lo vivido en La Junta”, anota Rosa Elvira.

Para los habitantes de esa tierra es placentero que Diomedes, contara en sus canciones donde nació, donde vivió, donde se enamoró por primera vez, y donde hizo sus pininos para ser el más grande cantor de vallenatos.

Cada uno se sabe un pedazo de la historia de ‘El Cacique de La Junta’ y algunos lo emulan en sus cantos para ganarse unas pocas o muchas monedas

Un niño salió al paso para demostrar que en La Junta, nunca olvidan a Diomedes y sin pedírselo cantó.

El 26 del mes de mayo

nació un niñito en el año 57

y acá en La Junta fue bautizado

y hoy se conoce con el nombre de Diomedes.

Los aplausos no tardaron en llegar y algunos le regalaron monedas. Vino la pregunta. ¿Conociste a Diomedes? De inmediato respondió. “No, pero lo conozco por sus canciones”. La mejor manera de imaginar a su paisano que hizo grande a su pequeño pueblo en el entorno mundial.

Allá en la entrada del pueblo quedó en su pedestal la imagen de la Virgen del Carmen donde por una amplia calle destapada se llega a la plaza donde comienza a sentirse el reflejo del hombre que le cantó a todo, y que pudo traspasar las barreras del encanto musical hasta quedarse en el corazón de sus millones de fanáticos. Esos mismos que todavía no se cansan de recordarlo en tiempo presente.

Hoy quiero amanecer tomándome unos tragos

ay! brindando con el alma por ella

como lo pueden ver estoy enamorado

pero a mí no me falta una pena.

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